AUTOR: MARIA CHRONOPOULOU | FOTOGRAFÍA: VASILIS KOUROUPIS
– Amalia, ¿cómo se te ocurrió fundar The Tipping Point?
– He trabajado durante 12 años como consultora de comunicación y relaciones públicas, contando con grandes empresas como clientes y asumiendo eventos como el lanzamiento de MTV en Grecia. Durante los últimos 4 años y medio, he estado trabajando en la Semana de Moda como consultora de relaciones de comunicación y medios. En algún momento, renuncié, porque entendí que era hora de cerrar este capítulo y me arriesgué a irme, sin saber qué haría y cómo iba a continuar. Como había trabajado durante varios años en este campo, realicé algunos proyectos de comunicación hasta que pude tomar una decisión. Durante este tiempo, mi equipo y yo descubrimos que las decisiones más importantes de nuestras vidas se tomaron de manera aleatoria y por eso creamos algo que nos hubiera gustado tener cuando éramos jóvenes: el Tipping Point. Ciertamente, al mismo tiempo, la pregunta era si establecería una empresa de Comunicación o una ONG, y elegí The Tipping Point porque estoy de acuerdo con la visión de la organización, ya que crecí en la provincia y reconozco esta necesidad muy bien.
– ¿De dónde eres?
– De un pueblo a las afueras de Mesolongi, Evinochori. Viví allí hasta los 19 años, cuando me mudé a Atenas para estudiar y por eso sé cómo es la realidad de los niños que viven en la provincia, especialmente en áreas remotas, donde no tienen estímulos y sienten que quieren hacer algo más profesionalmente, pero no saben qué.
– ¿En qué se especializa exactamente The Tipping Point?
– Su objetivo es ayudar a que los jóvenes estén más informados y sean más concienzudos. Básicamente, ayudamos a los estudiantes, incluso a los que están en las partes más remotas de Grecia, a tomar decisiones más conscientes sobre lo que quieren hacer con sus vidas. Ya sea en sus carreras o en sus trayectorias académicas, lo logramos al ponerlos en contacto con personas de todo el mundo que ya han progresado en sus campos y actúan como mentores para los jóvenes. De esta forma, una clase tiene la posibilidad de conversar con un ingeniero de NASA o con un hombre del pueblo de al lado que tenga un interés genuino en lo que hace y que haya decidido quedarse en su lugar [de nacimiento]. Así que cada niño tiene la oportunidad de crecer con más de dos o tres ejemplos, provenientes de su entorno escolar y de su entorno empresarial, y así pueden ampliar sus horizontes. A través de este proceso, pueden reconocer pronto sus verdaderos intereses y, sobre esa base, tomar las decisiones que todos debemos tomar cuando tenemos entre 16 y 18 años.
– ¿Cuánto os ayuda la tecnología?
– Todo lo anterior se hace con la ayuda de la tecnología donde, mediante el uso de una plataforma, un maestro, con solo tres clics, puede programar el día y la hora en que el aula desea tener una sesión con un mentor que puede encontrarse en cualquier lugar del mundo. Los niños se conectan con el mentor a través de una videoconferencia, hacen sus preguntas durante la sesión y hay interacción. Antes de cada sesión, también es posible que el maestro y los estudiantes le envíen la orden del día para que el mentor esté aún más preparado para la sesión y se pueda adaptar mejor a sus necesidades.
– ¿Qué tipo de preguntas hacen los jóvenes? ¿Qué es lo que quieren saber?
– Su mayor preocupación es si lo que elijan tendrá perspectivas de empleo y cómo podrán averiguar si lo que piensan [hacer] les conviene. El papel del mentor en estas sesiones no es sugerir al niño qué hacer, sino darles la oportunidad de pensar de manera innovadora y obtener una nueva perspectiva a través de la cual puedan comprender qué oportunidades y posibilidades existen con respecto a este asunto, y eso es lo más importante.
– ¿El programa está dirigido a las escuelas o puede un alumno participar individualmente?
– Por el momento, hemos elegido que el programa consista en poner en contacto a las clases con los mentores. Más adelante, podemos considerar tener sesiones uno a uno. Este año, también hubo un caso donde el programa tuvo lugar fuera de una escuela, en la Biblioteca Municipal de Prespa. Allí, los niños se reúnen en la Biblioteca todos los sábados por la noche para conversar con un mentor. Al final de cada sesión, planean la siguiente, discutiendo juntos el tema que les interesa y con qué mentores les gustaría hablar sobre dichos temas. ¡Es uno de nuestros proyectos favoritos!
– ¡No me extraña! ¿Ves diferencias entre cómo eran las cosas cuando nosotras éramos niñas y cómo son los jóvenes de hoy en día?
– Sin duda. Los jóvenes de hoy en día tienen un mayor acceso a la información que teníamos nosotras. Por supuesto, la pregunta es cómo está estructurada esta información en una base de datos tan inmensa como es Internet. Además, los niños son más suspicaces que nosotros, tienen diferentes experiencias y búsquedas diferentes. Cuando un niño empieza una conversación diciendo que la vida ahora es a través de la tecnología, algo que para nosotros no existía, esta conciencia cambia incluso la forma en que perciben su vida cotidiana, y mucho más cómo ven su futuro.
– ¿A qué clases os dirigís?
– Empezamos en los institutos con los equivalentes griegos a 3º de ESO (14-15 años) y 4º de ESO (15-16 años), pero vemos que los maestros y las escuelas usan el programa en casi todas las clases. La verdad es que los colegios de primaria, así como las escuelas infantiles, se nos han acercado.
– ¿De qué manera la escuela infantil aprovechó vuestro programa?
– Se trata de una escuela infantil en Creta donde los maestros nos dijeron que les gustaría participar en el programa y respondimos que sería un verdadero placer, solo que su función como profesores debería ser más participativa, debido a la edad de los niños. Ya hemos celebrado una sesión en la que el tema fue «¿Qué hay dentro de la Tierra?» y fue impartida por un investigador del Observatorio Nacional de Atenas, que se ocupa de sismología y geología. Les explicó por qué temblamos cuando un terremoto ocurre y respondió todas sus preguntas. Un niño le preguntó de forma curiosa si también se ocupa de otros planetas o solo de la Tierra. Este investigador ha creado una presentación de cómic explicando lo que está sucediendo en la Tierra, lo que hacen los astronautas, lo que son los satélites y lo que aprendemos a través de ellos. En los colegios de primaria, nos ocupamos de más problemas sociales, como lo que significa ser una persona discapacitada, por lo que, en este contexto, puedes ver una clase que hace una videoconferencia con un campeón paraolímpico de natación, donde los niños hablan con él y le hacen preguntas.
– Creo que los profesores que se acercan a vosotros tienen un verdadero interés y tienden a pensar de forma poco convencional.
– Exactamente, son innovadores, son los que abrirán el camino a algo nuevo. Para nosotros, el papel del educador es muy importante, porque, por un lado, son ellos quienes implementan el programa y, por otro lado, se convierten en embajadores. El hecho es que nosotros también nos dirigimos a ellos, a este 19 % que percibe la innovación, según las encuestas. Con el tiempo, sin embargo, hemos visto que lo que es aún más importante es que las personas que inicialmente se resistieron a algo nuevo y diferente son, en última instancia, quienes han aprovechado al máximo el programa y hablan con otros sobre él, un hecho que fue una sorpresa muy agradable.
– No puedo cerrar esta entrevista sin preguntar si tenéis algo que ver con el libro The Tipping Point de Gladwell Malcolm.
– El título proviene, precisamente, de este libro. Básicamente el punto clave es este punto de inflexión en nuestras vidas donde puede suceder algo infinitamente pequeño que puede cambiar nuestra forma de pensar, la forma en que vemos las cosas o, incluso, toda nuestra vida.