AUTOR: MARIA CHRONOPOULOU | FOTOGRAFÍA: VASILIS KOUROUPIS
– ¿Cómo se os ocurrió la idea de The Language Project?
Nikos – La idea inicial fue de Violetta; ella solicitó a la Fundación Robert Bosch en 2015 una convocatoria abierta para ideas originales propuestas por griegos. Las ideas eran sobre cultura y debían implementarse en Grecia. Luego, durante el programa Ashoka Hellas Impact 2017, comenzamos a discutir cuáles eran nuestras necesidades, qué personas teníamos (a bordo) y qué podíamos hacer con ellas para hacer frente a uno de los principales problemas a los que se enfrenta Grecia actualmente: el problema de los refugiados, mediante el uso de nuestras propias habilidades. Así se creó esta organización sin ánimo de lucro.
– ¿En qué consiste The Language Project?
Violetta – The Language Project es una organización que recurre a la traducción, la interpretación y los idiomas extranjeros con el objetivo de ayudar a grupos específicos de personas a encontrar trabajo más fácilmente. Esto se logra a través de los programas educativos que proveemos, tanto en los temas que mencioné como en la mediación intercultural. Al mismo tiempo, estamos llevando a cabo algunos eventos culturales con el objetivo de reconocer y promover la traducción, la interpretación y la comunicación intercultural entre el público general.
– Además de vuestra contribución a la inclusión social de grupos, como refugiados e inmigrantes, a través de sus programas, ¿estáis dispuestos a colaborar con otras empresas e organizaciones?
N. – Por supuesto, una organización o empresa puede tener algunas necesidades internas específicas y desear que organicemos un seminario, taller o evento especializado. Un ejemplo de ello serían los cursos de formación en «Técnicas de traducción e interpretación» que realizamos en el Danish Refugee Council para sus mediadores, o algunos eventos y talleres que realizamos en el Goethe-Institut Athen y en el Institut Français D’Athenes.
– Además de estas actividades, también organizáis algunos slams de traducción. ¿Qué son exactamente?
V. – Los slams de traducción son batallas de traducción y sirven para acercar la traducción, la interpretación, así como el contacto con la literatura y los libros, al público general, que cree que estas cosas son aburridas. Del mismo modo, en nuestros seminarios, como los de traducción de cómics, subtitulación y traducción de videojuegos, siempre tratamos de darles un punto original e innovador.
– ¿Cómo de innovador ha de ser un traductor?
Ν. – Se piensa que la traducción es algo estático, algo que no se puede desarrollar más, pero esta concepción resulta errónea. Se necesita mucha creatividad. La traducción es un sector que está experimentando un gran crecimiento. Hablando puramente para la parte especulativa de la traducción y la localización en general, se trata de un área que actualmente alcanza los 40 mil millones de dólares.
– ¿Qué es la localización?
N. – La localización es básicamente la adaptación de productos y servicios a los mercados objetivo. Se denomina localización en lugar de traducción, porque incluye la adaptación general al público y la cultura de un mercado, no simplemente del texto. Cuando una empresa quiere estar activa en un mercado extranjero, debe tener en cuenta todos los parámetros culturales para obtener una mayor aceptación en el mercado. Para lograr esto, necesita saber cómo dar a conocer lo que produce, lo que ofrece y lo que hace y, para ello, necesita a alguien que conozca la cultura de los clientes a los que se dirige. Aquí es donde entra en juego el papel del traductor profesional. Por ejemplo, en los videojuegos, el diseño de un personaje podría tener que adaptarse para «ser aceptado» por la audiencia de un país. Un claro ejemplo del cine sería la película de Disney Inside Out. Hay una escena en la que el padre le da de comer brócoli a un bebé y, por supuesto, el bebé se queja. En Japón, el brócoli ha sido reemplazado por pimientos, porque se considera que el brócoli es algo delicioso en dicha cultura, a diferencia de los pimientos.
– Gran desafío. ¿A que otros retos ha de enfrentarse un traductor o un intérprete?
N. – Concretamente en el caso del intérprete, a la mediación intercultural, la adaptación de lo que escucha a otra realidad social supone un gran desafío. Un muy buen ejemplo de ello sería el caso de una entrevista en la Oficina de Asilo y Refugio (OAR), en la que una mujer comunicó que había abandonado su país de origen porque le habían echado una maldición. Se trata de algo muy serio para su propia cultura y algo que cree que existe realmente. Esto puede parecer gracioso para una tercera persona, por lo que el intérprete, que realiza el papel de mediador, tiene que explicarle a la otra parte que, si alguien se siente amenazado por la magia en su país, se trata de una amenaza que afecta realmente a dicha persona, lo que no significa que esté mintiendo.
V. – Uno de los desafíos para un traductor es también la traducción de onomatopeyas.
– Tuve que llevar mi libreta conmigo porque hay palabras que desconozco. ¿Qué significa onomatopeya?
Β. – Se refiere a la formación de palabras por la imitación de un sonido, como «mmm» o «mua» y que se traducen de manera diferente en cada idioma. Concretamente, el sonido de un beso se traduce de forma distinta en un cómic en inglés, que en uno griego. Además, en la traducción de cómics, otro problema que surge es cómo encajamos el significado en un bocadillo en particular, porque un cómic no es como un libro que podemos ampliar o reducir. Si la fuente cambia, por ejemplo, o si el significado pasa de un bocadillo a otro, se considera una intervención dentro de la obra de arte, por lo que tiene que realizarse un acuerdo previo con el autor.
– En cuanto a los libros, ¿consideráis que en la actualidad las personas leen más o menos que antes?
N. – Creo que, mientras que es posible que la lectura de libros haya disminuido, por otro lado, pienso que la lectura ha aumentado porque vivimos en una época en la que usamos mucho los teléfonos móviles y los ordenadores. La interacción a través de ellos se realiza principalmente a través de la lectura. Además, cuando queremos expresar nuestros pensamientos a través de las redes sociales, escribimos, por lo que la producción escrita está creciendo, el texto está en todas partes.
V. – Sobre este tema me gustaría decir que el mundo es ahora «omnívoro» en términos de lectura. Lo que es importante para mí es que, si alguien lee algo, lo piense un poco más tarde y lo discuta, no solo lo digiera. Por lo tanto, para mí, los slams son importantes. Cuando estás en una sala donde hay 80 personas y todas pueden levantar la mano para intervenir y la conversación avanza, sientes que también has logrado algo tú mismo, ya sea con algo que dijiste o con los comentarios que recibiste de otra persona.
– Violetta, ¿qué te hizo querer crear The Language Project?
V. – Tenía la sensación de que como traductor siempre eres el intermediario, por ello y estableciendo una relación entre la traducción y los estudios que hice más tarde de Gestión Cultural, intenté que la traducción (lo que se llama traducción) y que el traductor, que es un profesional al que no se ve, fueran visibles. Surgió de una necesidad personal y finalmente me di cuenta de que el sector también lo necesitaba. Hasta entonces, no existía ninguna empresa ni ONG en Grecia que se encargase de la parte de las traducciones y, al mismo tiempo, que estuviese preocupada por el impacto social. Es por eso que creo que estamos cubriendo una brecha significativa.
– Muchas gracias.
– ¡Gracias a vosotros!