– Theo Anagnostopoulos, algo que despertó mi interés es que eres un gran viajero. ¿Es cierto que has visitado unos 83 u 85 países?

– Ahora son 88 con los que visité el verano.

– ¿Has tenido siempre el deseo de viajar?

– Lo tenía desde niño, ya que con mis padres viajábamos los veranos por Europa con el coche yendo de acampada. Así, me di cuenta de que, al explorar el mundo, conoces la diversidad y se adquiere conocimiento a nivel de civilización, cultura, medio ambiente, flora y fauna. La naturaleza también es algo que me interesa mucho. De los veranos que he pasado tumbado en la playa no recuerdo casi nada. Pero si me preguntases sobre cuando fui a Mongolia, sabría qué responderte y qué estaba haciendo exactamente en cada momento que estuve allí. Porque una experiencia diferente deja huella en tu memoria. Al mismo tiempo, te relacionas con personas diferentes y te vuelves «más rico» como persona.

– He leído que has realizado un programa con Al Gore sobre el cambio climático.

– Correcto. Al Gore tiene un programa que él llama The Reality Change Project (programa de realidad climática), a través del cual realiza cursos de formación durante todo el año. Participé en este taller en San Francisco en 2012 y es una experiencia que recuerdo con intensidad. Sin embargo, para no exagerar las cosas, no fui el único. Cuando él hizo el taller, éramos 200 personas de todo el mundo, algo que hace regularmente de 3 a 4 veces al año.

– Supongo que es muy interesante aprender algo nuevo de él y ponerse en contacto con personas que tienen intereses similares.

– Sin lugar a duda. Al Gore también es un orador carismático, pero creo que de todos los grupos de personas en los que he participado, el más interesante es Ashoka, la red mundial para el emprendimiento social.

– De hecho, has sido nombrado Fellow (miembro) de esa fundación Ashoka, y eres el primero de Grecia.

– Sí. ¡Eso fue una prueba dura! Pasé por muchas entrevistas y procedimientos que incluían desde pasar por una psicóloga que evaluó si podía lograr un cambio social positivo, hasta entrevistas con tres emprendedores en serie del Reino Unido. Finalmente, lo conseguí.

– ¿Cuándo empezaste a involucrarte en el emprendimiento social? Porque creo que tu relación con la ciencia comenzó antes, ¿no es así?

– Sí, ya trabajaba en ciencia antes. No fundé SciCo para convertirme en emprendedor, sino porque disfrutaba explicando ciencia y me gustaba actuar en el escenario. Es por eso que nuestras primeras acciones fueron representaciones teatrales de la ciencia popular. De hecho, mi relación con la ciencia comenzó mucho antes. De los 18 a los 30 [años] hice una primera licenciatura, un posgrado y un doctorado en Genética con una beca en Londres y con varias publicaciones de investigación. A los 30 años volví a Grecia para hacer una investigación postdoctoral sobre el cáncer hereditario. Durante catorce años había conseguido avanzar con rapidez en el campo de la investigación científica, cuando participé en un concurso de Comunicación y Ciencia, organizado por el British Council en 2007. En este concurso, Famelab, tenías tres minutos para comunicar un tema científico al público. Ahí es donde me di cuenta de que quería hacer esto ya. Crear actuaciones que expliquen temas científicos de manera divertida y sencilla. Con un equipo de cinco miembros, actuamos para 30.000 niños durante 3 años. Al mismo tiempo, como esto no era viable, trabajé durante 5 años en una compañía farmacéutica multinacional, en el Departamento de Marketing y Estrategia. Ahí aprendí mucho, porque el entorno corporativo es extremadamente estructurado. En 2013 lo dejé y desde entonces empezamos con diferentes proyectos, primero con el teatro, continuando con el aprendizaje experimental en ejecutivos y niños de una manera divertida, y luego con festivales y mucho más.

– Además del Festival de Ciencia de Atenas que hacéis todos los años y que tiene una gran respuesta, he visto algunos eventos que estáis organizando en algunas estaciones de metro.

– Sí, se llama «Mind the Lab» de «Mind the Gap» («cuidado con el espacio entre coche y andén» que se oye en el metro de Londres). Nuestro objetivo, como empresa social, es difundir la ciencia. Algunas de nuestras acciones son eventos y festivales científicos, que se repiten todos los años, no solo en Atenas, sino también en otras ciudades y en Chipre. En los 5 años que llevamos organizando los festivales, hemos tenido 200,000 visitantes, de los cuales hemos encontrado, a través de cuestionarios y entrevistas, que el 80% ya está positivamente inclinado a las ciencias. Así que nos preguntamos cómo podríamos llegar a un público aún más amplio, más allá del Festival de Ciencia de Atenas, y decidimos hacer el primer festival de demostración interactiva de experimentos y ciencia en las estaciones de metro en todo el mundo. Así que creamos Mind the Lab, y lo hicimos como un proyecto piloto en Atenas el año pasado en 8 estaciones y este año se realizó en septiembre en Atenas y en noviembre en Berlín, Edimburgo y Madrid. La Asociación Global de Museos de Ciencias también puede que participe en 50 ciudades en todo el mundo. Si esto sucede, será una innovación social griega que se ha expandido en dos años a nivel global.

– ¿Cómo responden los niños a todo esto?

– Los niños tienen una inocencia fascinante en la forma en la que preguntan o que perciben ciertas cosas y también gran sinceridad, porque no tienen filtros sociales o «software sociales», como yo los llamo. En 2007, antes de SciCo, fui conservador en una excelente exposición de comunicación de la ciencia en la Sala de Conciertos de Atenas, donde se describía la historia del hombre y del chimpancé, haciendo hincapié en que tenemos un pasado de 5 millones de años, hasta un antepasado común. Podías ver la evolución de los humanos desde el Homo Erectus a las diversas etapas intermedias y al Homo Sapiens de hoy. Y mientras se lo explicaba, un niño me preguntó: «¿Eso quiere decir que los chimpancés no evolucionaron en absoluto?». Obviamente, los chimpancés también evolucionaron, pero el enfoque de la exhibición era totalmente antropocéntrico, donde la evolución del chimpancé se representó en una gráfica, equivocadamente, como una línea recta, algo que el niño captó. Esto es brillante, si lo piensas en su simplicidad, como un elemento de observación.

– ¿Tienes una visión personal para esta organización?

– La visión básica es poder impartir una forma de pensar que sea creativa, pero que se base en datos y hechos, y no me refiero solo a hechos científicos. Nuestro objetivo no es convertir a todos en científicos o ingenieros. Visualizamos una sociedad racionalmente reflexiva, con personas de pensamiento libre que confíen en su propio juicio.

– Muchas gracias por esta conversación tan interesante.

– Gracias a ti.

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