AUTOR: MARIA CHRONOPOULOU | FOTOGRAFÍA: VASILIS KOUROUPIS

– Para empezar, me gustaría preguntarle, ¿cómo se le ocurrió la idea de METAdrasi?

– Estuve trabajando durante varios años en el campo de los refugiados, para la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Fundación Nacional de la Juventud. A menudo veía brechas que nadie estaba cubriendo. Por ejemplo, con frecuencia, preguntaba: «¿Por qué no hay escoltas para los menores no acompañados? ¿Por qué los niños tienen que estar en celdas?». No había nadie para llevar a los niños y trasladarlos a un lugar seguro. La respuesta que recibía, por lo general, era: «No es posible» o «No es posible, el riesgo es realmente alto». Yo creo que hay algunas ideas que tenemos en la vida, aquellas en las que creemos, en las que deberíamos poner toda nuestra energía para llevarlas a cabo, porque la vida es corta y no deberíamos lamentar que hay cosas que deseábamos hacer nunca las hicimos. Por eso, en un momento dado, lo abandoné todo y dije que pondría en marcha esta organización.

– ¿Cuándo se estableció METAdrasi?

– El estatuto de METAdrasi fue acordado en diciembre de 2009 y, de hecho, empezamos a trabajar a mediados de 2010.

– ¿Cómo encontró el espacio?

– Un miembro donó su apartamento vacío para que no tuviéramos que pagar el alquiler. Luego encontramos algunos muebles de oficina en la calle que había dejado allí una empresa que había cerrado. Así es como empezamos, con mucho esfuerzo.

– ¿Cuándo comenzó estaba sola o tenía otras personas con usted?

– Reuní a algunas personas que conocía y sabía de antemano que trabajaban en el campo de los derechos humanos o en personas que sabía que eran honestas y tenían un sentido del deber. Desde el primer momento, dimos gran importancia al personal de la organización. Nuestros primeros ejecutivos eran jóvenes desempleados que florecieron aquí.

– ¿Fue fácil encontrar los recursos iniciales para comenzar?

– No, no fue muy fácil, pero nos desarrollamos principalmente con la ayuda de recursos europeos, y es importante mencionar que tuvimos suerte, porque comenzamos en un momento en que el ACNUR había decidido por primera vez tener una presencia permanente en las fronteras de Grecia, por lo que se necesitaban intérpretes. Acabábamos de crear nuestro programa de interpretación y empezamos a impartir los primeros seminarios. Entonces, a mediados de 2010, los primeros intérpretes estaban ya certificados. Por lo tanto, la creación de nuestro programa de interpretación coincidió con la necesidad del ACNUR de intérpretes con quienes pudieran cooperar.

– ¿En qué se diferencia METAdrasi de otras organizaciones?

– En primer lugar, se centra en problemas en los que otras organizaciones no están involucradas, como la interpretación. La falta de intérpretes fue un gran problema porque, en el pasado, Grecia había sido condenada en los tribunales europeos por no contar con servicios de interpretación, especialmente para los solicitantes de asilo, para quienes es obligatorio. Entonces, pensamos por qué no intentar usar una organización de la sociedad civil para demostrar que podemos hacer algo bien, no solo dentro de Grecia, sino también en el extranjero, y asegurarnos de que no se critique al país en cuestión por ese motivo. Más importante aún, esto permitiría a las personas hablar en su propio idioma y aceptar el asilo o no, en función de lo que realmente dicen ellos mismos. En segundo lugar, la introducción del papel del intérprete era de suma importancia porque era una forma de luchar contra la terrible explotación que sufren los refugiados.

– ¿En qué otros asuntos se centran?

– Nos centramos en menores no acompañados (niños menores de 18 años) y los que perdieron a sus familias o cuyos padres han muerto y de alguna manera han acabado formando parte de un grupo ellos solos y así llegaron a Grecia. La ley establece que, desde el momento en que los niños son identificados y registrados en la frontera, la policía es responsable de su tutela hasta que se realicen las examinaciones y trámites pertinentes y puedan ir a un centro de acogida de refugiados adecuado. Sin embargo, en Mitilene, en Samos y en Chios no había ningún sitio para que se quedaran los niños. Como consecuencia, fueron ubicados en centros de detención o en lugares que se llamaron «centros de identificación» o «áreas especiales de recepción para migrantes». La importancia no está en el nombre, sino en el hecho de que se trata de centros cerrados con rejas. Los niños se quedaban allí esperando, pero no había nadie para llevarlos a un centro de acogida. Como resultado, los niños estaban encerrados en celdas durante varios meses.

– ¿Cómo lidian con el problema de los menores no acompañados?

– En Orestíada, en 2011, comenzamos creando un equipo piloto que se encargaba de recibir a estos niños. En dos meses, los departamentos de policía de toda Grecia nos llamaron para llevar a los niños y trasladarlos a un centro de acogida. Esto resultó en que los oficiales judiciales (fiscales) se comportaran con más tranquilidad porque ahora podían decidir sobre el destino de los niños. Existía una gran brecha antes de crear METAdrasi. Identificamos el problema y dijimos: «Tenemos que encontrar una solución». No hay problema que no tenga una solución.

– ¿En qué áreas cree que METAdrasi es pionera?

– En el sistema de teleconferencia, que es pionero en toda Europa. Este sistema hace posible que la interpretación tenga lugar en las fronteras del país, las islas o en varios puntos de entrada, mientras que anteriormente, esto era muy difícil y costoso. Hemos activado las teleconferencias y  a menudo cuando otras organizaciones y autoridades que vienen del extranjero nos visitan, no puede creer que en un país «como Grecia» hagamos algo que sea tan coherente e importante.

– ¿Cuáles son todas las áreas de trabajo llevadas a cabo por METAdrasi?

– Formamos intérpretes y proporcionamos servicios de interpretación, así como también administramos la red ejemplar para la protección de menores no acompañados a través de los procedimientos mencionados anteriormente. Además, nuestro trabajo incluye la protección de grupos vulnerables, como las víctimas de tortura, y la provisión de programas educativos para niños y adultos para ayudarlos a aprender griego y permitir en la sociedad su inclusión de una forma más amable.

– ¿Cómo podría alguien ayudarles, ya sea desde Grecia o desde el extranjero?

– Necesitamos voluntarios. Desde 2011, METAdrasi ha estado trabajando en las fronteras. Ahora estamos ubicados en 30 localizaciones en Grecia. Insisto en que realmente necesitamos ayuda, ya que cada uno de estos equipos necesita un intérprete, un coordinador, apoyo legal y acompañantes para menores no acompañados. Es decir, necesitamos más «manos».

– ¡Sinceramente quiero agradecerle muchísimo su tiempo! No creo que en el extranjero se sepa lo que está sucediendo en este momento en Grecia.

– Cuando trabajamos con organizaciones similares en el extranjero, a menudo se sorprenden porque no pueden comprender lo rápido que responde METAdrasi en esta era de crisis.

– ¿Por qué regresó a Grecia? Por lo que sé, ha estado viviendo en Ginebra.

– …Para crear METAdrasi.

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