– Eleni, ¿cómo empezó Library4all?
– Llevo 32 años siendo maestra de jardín de infantes en la Escuela Moraitis en Atenas, y muchas veces los padres me han preguntado si conocía una escuela a la que pudieran dar libros que ya no necesitaban. Por lo tanto, el verano de 2013, cinco amigos, empezamos a pensar en hacer algo con estos libros. Mi prima, que vive en los Estados Unidos, durante una conversación mencionó a Susan Robbins, la fundadora de Project Cicero, una iniciativa que hace algo similar en Nueva York, y sugirió que nos pusiéramos en contacto. De hecho, Susan respondió de inmediato y nos dio toda la información y los conocimientos que necesitábamos. Recoge libros de escuelas privadas de Nueva York, una vez al año en un hotel donde se le cede el espacio. También existe una colaboración con Amazon, con una variedad de libros recomendados, entre los que puedes elegir si deseas ofrecer libros, aunque tu no tengas ninguno que donar. Una vez que todos los libros están reunidos, los maestros de primaria y los maestros de infantil de las escuelas desfavorecidas de Nueva York fijan una cita y van con sus maletas para obtener los libros. Sabiendo todo lo anterior, también decidimos que queríamos realizar una acción similar, a la que llamamos «bookwave». Debido a que nuestro nombre es Library4all («biblioteca para todos» en inglés), lo que significa que somos accesibles para todos, queríamos trabajar con una entidad que cumpliera con esta especificación. El Museo Benaki inmediatamente abrazó nuestros esfuerzos y nos dio una sala en su edificio en la Avenida Piraeus. La Fundación Bodossaki también, fue uno de nuestros primeros partidarios, cubriendo algunos de nuestros gastos.
– ¿Cómo empezasteis a recoger libros?
– Después de mucho trabajo, conseguimos que el Ministerio de Educación hiciera una publicación en su web acerca de nuestra iniciativa, así que empezamos a recibir correos electrónicos de las escuelas que pedían libros. Luego, fuimos a escuelas privadas, que confiaban en nosotros porque se dieron cuenta de que era algo serio y no efímero. Conseguimos recabar los primeros libros en el Museo Benaki, y la selección se realizó con amigos de Library4all y voluntarios del Museo Griego para Niños. Finalmente, juntamos tantos libros que algunos se los donamos a otras organizaciones también. Además, como muchos libros no estaban en buen estado, se los dimos a una persona para que los reciclara, quien donó el dinero que ganó a una Asociación de Padres para que pudieran comprar libros. Es decir, que había una cadena de buenos actos que no se detuvieron allí.
– Entonces, ¿qué más ha pasado?
– Después, una empresa de publicidad nos ofreció hacer un anuncio de televisión gratis. Nos hicieron un videoclip excelente, que se reprodujo en todos los canales de televisión y en los cines, pero esto resulto en algo que no habíamos predicho: el mensaje de Library4all llegó a todos los rincones de Grecia y empezaron a llegar solicitudes de escuelas de la región. Así que decidimos apoyar a las escuelas de la región durante todo el año, y cada febrero hacer el bookwave en el Museo Benaki. Este año se realizó el sexto. En 2013 empezamos con 100 libros y hasta la fecha hemos enviado cerca de 72.000 a escuelas y 100.000 a otras organizaciones. La reacción ha sido tan buena, que en los últimos años también hemos estado entregando libros en otros idiomas a organizaciones de refugiados.
– ¿Cómo eliges el material?
– Como soy profesora, hago una elección muy estricta. Quiero que los libros que van a una escuela estén en las mejores condiciones. Si falta una pieza del puzle o el CD de un libro, no lo incluimos en el envío. En caso de que estén desgastados o rotos, ni siquiera es un tema de debate, van directamente al reciclaje. Ofrecemos libros que nos gustaría tener en nuestra biblioteca. Los niños que los reciben no son de segunda clase.
– ¿Crees que un libro puede cambiar algo en la vida de un niño?
– Por supuesto. Creo que un niño puede inspirarse para leer simplemente teniendo la experiencia de oler y tocar un libro. Pero es muy importante que dejemos que los niños elijan por sí mismos el libro que quieren leer. No estoy a favor de «tienes que leer» o «¿cuántos libros has leído?». La lectura es un placer.
– ¿Cuál es tu libro favorito?
– El pequeño sastre de las palabras de Antonis Papatheodoulou, ilustrado por Iris Samartzis, habla del poder de las palabras. Describe a un pequeño sastre que usa palabras en lugar de hilos. Dependiendo de lo cálido que fuera lo que quisiera tejer, así eran las palabras. Porque lo más importante son las relaciones humanas y las palabras son las que nos dan calidez.
– ¿Supongo que te ha gustado leer desde que eras niña?
– Era una niña que no leía mucho. Me gustaba más tratar con la naturaleza y crear cosas con mis manos.
– A pesar de eso, también has escrito libros.
– La mayoría de los libros que he escrito son en colaboración con museos. El último, Un oso una vez es una colaboración con el Museo del Juguete Benaki. Cuando terminé mis estudios en Atenas, continué en Boston, donde me especialicé en Pedagogía Museística, por eso me centro en este tipo de libros.
– ¿Qué te gustó de Estados Unidos que Grecia no tiene?
– Que confían en ti, te dan espacio, y en caso de que cometas un error, están a tu lado para corregirte. Ven el error como parte de la evolución, por lo que no tienen miedo de la evaluación. Además, las personas están muy abiertas a colaboraciones. Sin embargo, creo que las cosas están empezando a cambiar aquí. Uno de los efectos positivos de la crisis es que las entidades dieron el paso de colaborar, las personas se acercaron y, lentamente, el tejido de la sociedad evolucionó.
– ¿Cuáles son los elementos de una buena colaboración?
– La confianza, el apoyo y la ayuda que nosotros recibimos generosamente de Transportes Athinaiki. Es una de las empresas de transporte más grandes de Grecia y se ha comprometido a transportar los libros a la puerta de cada escuela, gratis. Sin su apoyo, no podríamos enviar libros a tantas escuelas. La verdad es que el voluntariado necesita compañía, porque no puedes hacerlo todo solo, y es una forma de compartir la vida a través de experiencias comunes. Tuve la suerte de crecer en una familia muy unida, con valores y respeto hacia los demás. Igualmente, como miembro de la Asociación de Guías de Grecia, aprendí en la práctica lo que significa la palabra «dar» y eso no es algo que se olvida. Porque «una vez guía, siempre guía».