– Quería preguntaros quiénes, cuántos sois y qué hacéis.

Argyro – Empezamos todo el esfuerzo Thodoris y yo, pero, sin nuestros voluntarios, no estaríamos aquí. Actualmente, Diavazo gia tous allous («Leo por los demás», en griego) tiene alrededor de 1.300 voluntarios activos y, hasta hoy, en total, 3.500 se han suscrito como parte de nuestra más amplia red. Aparte de Atenas, estamos activos en La Canea y en Heraclión, en Creta. Hemos mantenido una presencia constante en estas ciudades durante dos años y medio en la primera y tres, en la segunda. 

– ¿Cómo se os ocurrió la idea de Diavazo gia tous allous («Leo por los demás»)?

Thodoris – ¡Llegaremos a eso también! Lo pondré en una camiseta algún día. Bueno, empezó por casualidad, de hecho. Estaba con Argyro en una cafetería, en noviembre de 2014, y estábamos hablando de literatura. Durante la conversación, se mencionó a Jonathan Coe, un escritor que nos gusta a ambos. Argyro recomendó uno de sus libros, La casa del sueño, que no había leído. Le dije que no podía leerlo de inmediato, porque no estaba disponible en las bibliotecas en las que pido prestado (audiolibros) y le sugerí, si quería, que me lo leyera.

A. – Cuando me lo propuso, dije: «Sí, por supuesto» y la conversación se cortó allí, porque me quedé helada con la información. Cuando volví a casa, saqué el libro del estante, vi cuántas páginas tenía y empecé a pensar cuántas horas le tomaría a alguien leerlo y con qué frecuencia podría pasar esto. De hecho, recuerdo que le propuse ir a algún lugar y leérselo, para que pudiera haber fluidez y continuidad para él. En general, estaba muy enfadada. En primer lugar, conmigo misma, ya que, hasta ese momento, no me había dado cuenta de que las personas que invidentes no tienen el mismo acceso a los libros. Había que el Estado había producido todos los libros en copia impresa, acústica y braille. En segundo lugar, me enfadé con la sociedad, que no prevé esto, y pensé que, si le leía el libro a Thodoris, ¿por qué no grabarlo para que pueda estar depositado en la Biblioteca de Audio? Entonces, se me ocurrió que, dado que yo estoy dispuesta a pasar unas horas grabando un libro, tal vez haya otras personas que quieran hacer lo mismo. Así que, en diciembre de 2014, creé una página de Facebook llamada «Leo por los demás», a través de la cual hice una llamada abierta con el fin de grabar libros para personas que no ven.

– ¿Y, finalmente, qué pasó?

A. – Hubo una gran respuesta. Desconocidos empezaron a llamarme, diciéndome que era una gran idea, y me di cuenta de que, para poder poner esto en práctica, tendría que reunir a todas estas personas en algún lugar para discutirlo. Así que tuvimos la primera reunión de nuevos voluntarios en enero de 2015, en el Myrtlilo Café y, aunque era sábado por la noche y estaba lloviendo, vinieron 45 personas que no conocía. Así es como empezó todo.

– ¿Cuáles son las bibliotecas a las que alguien puede dirigirse para escuchar un libro?

 – Las organizaciones de ciegos son las siguientes: la Asociación Panhelénica de Ciegos y el Faro para Ciegos de Grecia, que también tienen bibliotecas. Asimismo, el Centro de Educación y Rehabilitación para Ciegos, que es la Escuela de Ciegos, proporciona, principalmente, libros escolares. Además, hay AMELib (la Biblioteca Electrónica Multimodal Accesible), donde también depositamos archivos acústicos para personas con discapacidades visuales, que pueden acceder a estos documentos a través de algunos códigos certificados. El objetivo final de todos es que todas estas entidades se unifiquen en algún nivel y que cada una de ellas produzca tantos libros como sea posible, que sean accesibles en cualquier lugar y no en cada organización individual.

– ¿Quiénes son considerados visualmente discapacitados?

Th. – Las personas con discapacidad visual son las que no ven, las que no pueden realizar una lectura física debido a una discapacidad en sus extremidades, las personas analfabetas y las que tienen un alto grado de dislexia.

– En caso de que alguien que no esté en vuestro sistema, lea algo que crea que vale la pena grabar, ¿podrían contactaros y recomendároslo?

A. – Hemos presentado una solicitud a algunas instituciones para la creación de una plataforma, que tiene tres objetivos. El primero es el registro de discapacitados visuales y ciegos, estudiantes y no estudiantes. Con una encuesta que hicimos, descubrimos que no hay registro en Grecia de las personas que invidentes. Para hacer un primer mapeo de necesidades, este registro debe preceder. El segundo objetivo es que alguien pueda, a través de la plataforma, pedir un libro que necesite desde cualquier lugar de Grecia o proponer un libro. Y el tercer objetivo es permitir que alguien se convierta en patrocinador de la producción de un libro, que cubra el costo de producción. Si logramos crear esta plataforma, podremos automatizar la forma en que producimos libros y priorizar las necesidades de estas personas. Porque lo que está sucediendo ahora mismo es que, si un estudiante necesita un libro de texto universitario de audio, tiene que recurrir a las bibliotecas universitarias de manera individual, que tienen deficiencias importantes.

– Hablando de estudiantes, Thodoris, has estudiado psicología y derecho. ¿Cuál fue el grado de dificultad que tuvo?

Th. – En términos de accesibilidad, no fue fácil, porque no había mucho material disponible. Yo estudiaba con familiares y amigos y estoy rodeado de una red de apoyo, sin embargo, hay personas en mi posición que pagan a alguien para que les lea. Además, desafortunadamente, la mayoría de las personas, en Grecia, ni siquiera eligen el camino de los estudios. No obstante, lentamente, el porcentaje está aumentando, porque la tecnología también ayuda, pero sigue siendo muy pequeño.

– ¿Habéis discutido con los editores cómo podríais gestionar conjuntamente la necesidad de producir libros de texto universitarios y libros de audio?

A. – Esto plantea cuestiones de derechos de autor y los editores dudan, porque temen que sus publicaciones se pierdan en Internet y se utilicen de manera fraudulenta. No estamos procediendo a hacer uso del marco legislativo (según el cual, cada editor debe conceder el 10 % de sus libros a la producción de audiolibros), porque creemos que, de forma cooperativa, podemos cocrear la sociedad en la que todos elegimos vivir. El punto es que cada uno de nosotros haga su parte, en la forma y en la medida de lo posible, para resolver el problema que existe.

 – ¿Grabáis en otros idiomas además del griego?

A. – Hasta ahora, no hemos grabado en otros idiomas, excepto en libros de idiomas extranjeros para niños con discapacidad visual. Para entrar en este proceso, necesitamos ver qué hay disponible en las bibliotecas de otros países. Con la firma del Tratado de Marrakech (sobre el acceso a las obras publicadas a las personas ciegas, con discapacidad visual o con otras dificultades para acceder al texto impreso), se facilita la circulación de libros en idiomas extranjeros de una biblioteca acústica a otra. Por lo tanto, deberíamos ver cuáles son las necesidades en Grecia para poder avanzar en consecuencia.

– Muchas gracias. Me habéis puesto en la tesitura de reflexionar y redefinir el significado de la palabra «leer». 

Th. – Nos complace esto, porque lo hemos asumido por responsabilidad personal. Creemos que llenamos una brecha, porque la necesidad es específica. No es artificial y no se trata de un lujo.

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